Águila Calzada Hieraaetus pennatus
--- Y abandonando a la hembra en el expedito cielo del recién estrenado mundo, la pequeña águila de tarsos emplumados descendió a las aguas del lago prohibido.
Mientras se bañaba el lodo de la orilla tiñó sus plumas y cuando de nuevo alzó el vuelo, todo el níveo blanco de su cuerpo había desaparecido.
Ahora su progenie sigue cargando la culpa y mientras unos portan el plumaje blanco de la madre, otros se cubren con la capa oscura del pecado.
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