miércoles, 17 de septiembre de 2014

Águila Calzada Hieraaetus pennatus



   --- Y abandonando a la hembra en el expedito cielo del recién estrenado mundo,  la pequeña águila de tarsos emplumados descendió a las aguas del  lago prohibido.



   Mientras se bañaba el lodo de la orilla  tiñó sus plumas y cuando de nuevo alzó el vuelo, todo el níveo blanco de su cuerpo había desaparecido.



   Ahora su progenie sigue cargando la culpa y mientras unos portan el plumaje blanco de la madre, otros se cubren con la capa oscura del pecado.










 








 

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